Hernia de disco cervical

Resumen del tema

¿Qué es la hernia de disco cervical?

Los huesos (vértebras) que forman la columna vertebral en su espalda están amortiguados por discos redondos y planos. Cuando estos discos están sanos, actúan como amortiguadores de la columna vertebral y la mantienen flexible. Si se dañan, pueden abultarse de forma anormal o romperse (romperse), en lo que se denomina hernia discal o hernia de disco. Las hernias discales pueden producirse en cualquier parte de la columna vertebral, pero son más frecuentes en el cuello (cervicales) y en la parte baja de la espalda (lumbares). Las siete vértebras situadas entre la cabeza y el pecho constituyen la columna cervical.

¿Qué causa la hernia discal cervical?

Una hernia discal suele estar causada por el desgaste del disco (también llamado degeneración discal). A medida que envejecemos, nuestros discos pierden parte del líquido que les ayuda a mantenerse flexibles. Una hernia discal también puede ser el resultado de lesiones en la columna vertebral, que pueden causar pequeños desgarros o grietas en la capa externa (anillo o cápsula) del disco. El material gelatinoso (núcleo) del interior del disco puede ser forzado a salir a través de los desgarros o grietas de la cápsula, lo que hace que el disco se abulte, se abra (se rompa) o se rompa en fragmentos.

Las hernias discales son mucho más frecuentes en las personas que fuman.

¿Cuáles son los síntomas?

Las hernias discales en el cuello (columna cervical) pueden causar dolor, entumecimiento o debilidad en el cuello, hombros, pecho, brazos y manos. En algunos casos, una hernia discal muy grande en el cuello puede causar debilidad u hormigueo inusual que afecta a otras partes del cuerpo, incluidas las piernas.

¿Cómo se diagnostica la hernia discal cervical?

Un médico suele diagnosticar una hernia discal a partir de su historial de síntomas y de un examen físico. Su médico le preguntará sobre el dolor y el entumecimiento que podrían ser causados por la irritación de uno o más de los nervios de la columna cervical. Si sus síntomas sugieren una hernia discal cervical, a menudo se recomienda reposo y rehabilitación antes de realizar más pruebas. Si se sospecha la existencia de otras afecciones, o si los síntomas no mejoran tras un periodo de reposo y rehabilitación, pueden realizarse pruebas de imagen como radiografías, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC).

¿Cómo se trata?

En la mayoría de los casos, las hernias discales cervicales se tratan primero con un tratamiento no quirúrgico, que incluye reposo o modificación de las actividades, medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, y ejercicios, según las recomendaciones de su médico. Su médico puede recomendarle que acuda a un fisioterapeuta para que le enseñe a hacer ejercicios y a proteger el cuello, y quizá para que le aplique otro tratamiento, como la tracción. La tracción consiste en tirar suavemente y de forma constante de la cabeza para estirar el cuello y permitir que las pequeñas articulaciones entre los huesos del cuello se separen un poco. Si los síntomas continúan, el médico puede probar con medicamentos más fuertes, como los corticosteroides. Los síntomas suelen mejorar con el tiempo. Pero si la hernia discal está comprimiendo la médula espinal o los nervios y/o tiene debilidad, dolor constante o disminución del control de la vejiga o los intestinos, se considerará la posibilidad de operar. En raras ocasiones, se puede utilizar un disco artificial para sustituir el disco que se extrae.

Deja un comentario