La inmigración china a Cuba comenzó en 1837 cuando se trajeron trabajadores chinos (cantoneses y hakka) contratados para trabajar en los campos de azúcar, trayendo consigo la religión del budismo. Cientos de miles de trabajadores chinos fueron traídos desde la China continental, unos 700.000, Hong Kong, Macao y Taiwán durante las décadas siguientes para sustituir y/o trabajar junto a esclavos africanos y mestizos o libres. Después de completar contratos de ocho años o de obtener su libertad de otra manera, algunos inmigrantes chinos se establecieron permanentemente en Cuba, aunque la mayoría anhelaba la repatriación a su tierra natal. El Barrio Chino de La Habana es uno de los más antiguos y grandes de América Latina. Unos 105.000 inmigrantes procedentes de EE.UU. llegaron a Cuba a finales del siglo XIX para escapar de la discriminación existente en la época. Otra ola de inmigrantes chinos, aunque más pequeña, también llegó durante el siglo XX, algunos como partidarios de la causa comunista durante la revolución cubana y otros como disidentes que escapaban de las autoridades en China.
Casi no había mujeres entre la población china «coolie», casi totalmente masculina, que emigró a Cuba (1%). En Cuba, algunas mujeres indias (nativas americanas), mulatas, negras y blancas mantuvieron relaciones sexuales o se casaron con hombres chinos, siendo los matrimonios de mujeres mulatas, negras y blancas los reportados por el Informe de la Comisión de Cuba.
120,000 trabajadores cantoneses (todos hombres) entraron a Cuba bajo contrato por 8 años. La mayoría de estos hombres no se casaron, pero Hung Hui (1975:80) cita que hubo una frecuencia de actividad sexual entre mujeres negras y estos inmigrantes asiáticos. Según Osberg (1965:69) la práctica de los chinos libres de comprar mujeres esclavas y luego liberarlas expresamente para el matrimonio se utilizó mucho. En los siglos XIX y XX, los hombres chinos (cantoneses) tuvieron actividad sexual con mujeres negras cubanas y de tales relaciones nacieron muchos niños.
En la década de 1920, también llegaron otros 120.000 cantoneses y pequeños grupos de japoneses; ambas inmigraciones fueron exclusivamente masculinas y hubo rápidos matrimonios mixtos con poblaciones blancas, negras y mulatas.
En el estudio del origen genético, la mezcla y la asimetría en los linajes humanos maternos y paternos en Cuba, se tipificaron treinta y cinco SNP del cromosoma Y en los 132 individuos masculinos de la muestra cubana. El estudio no incluye a ninguna persona con alguna ascendencia china. Todas las muestras eran cubanos blancos y cubanos negros. En la década de 1920, llegaron otros 120.000 chinos; los inmigrantes eran hombres y mujeres. En 1980 vivían 4.000 chinos, pero en 2002 sólo quedaban 1.300 chinos puros.
Dos mil chinos, entre cantoneses y hakkas, lucharon con los rebeldes en la Guerra de los Diez Años de Cuba. Un monumento en La Habana honra a los chinos cubanos caídos en la guerra, en el que está inscrito: «No hubo ni un solo chino cubano desertor, ni un solo chino cubano traidor»
Los chinos cubanos, incluidos algunos chinos americanos de California, se unieron a la Guerra Hispanoamericana en 1898 para lograr la independencia de España, pero unos pocos chinos, que eran leales a España, abandonaron Cuba y se fueron a España. La aceptación racial y la asimilación llegarían mucho más tarde.
Cuando el nuevo gobierno revolucionario dirigido por Fidel Castro llegó al poder en 1959, la situación económica y política cambió. Muchos propietarios de tiendas de comestibles chinos, al serles expropiadas sus propiedades por el nuevo gobierno, abandonaron Cuba. La mayoría de ellos se establecieron en Estados Unidos, sobre todo en la cercana Florida, donde ellos y sus hijos nacidos en Estados Unidos se denominan chinos-americanos o cubano-americanos de ascendencia china, mientras que unos pocos huyeron a la cercana República Dominicana y a otros países latinoamericanos y también al territorio estadounidense de Puerto Rico, donde se denominan chinos-puertorriqueños, cubano-puertorriqueños de ascendencia china o cubano-americanos de ascendencia china, que se cuentan por cientos de miles. Entre los refugiados chinos en Estados Unidos se encuentran personas cuyos antepasados llegaron a Cuba 10 años antes de la Revolución Cubana y los procedentes de Estados Unidos. Como resultado de este éxodo, el número de chinos puros disminuyó considerablemente en el Barrio Chino de La Habana. Los lugares a los que emigraron tenían una cultura china única y una popularidad de restaurantes chinos cubanos.