La globalización, la presión competitiva, la revolución digital, la innovación continua… Estos constantes cambios socioeconómicos están afectando a la actividad y al rendimiento de las empresas, provocando la necesidad de transformarse para seguir siendo competitivas en su mercado. Aunque cada transformación viene determinada por el contexto (¿por qué es necesario el cambio?), el contenido (¿qué debe cambiar?), el proceso (¿cómo cambiar?), los participantes (¿a quién hay que cambiar?) y los efectos (¿cuáles son los impactos y los resultados?), destacan 5 grandes tipos de transformación de la empresa.
Estas transformaciones tienen lugar dentro de las organizaciones, impactan en los modos operativos de gestión, alteran las normas culturales, modifican los procesos de negocio y aprovechan las nuevas tecnologías, la mayoría de las veces en el contexto de una revolución digital. Hacemos un repaso detallado de las transformaciones a las que pueden y van a enfrentarse las empresas.
Transformación organizativa
Es el punto de partida de todos los cambios en una empresa y supone rediseñar la estructura, el modo de funcionamiento y las prácticas profesionales de una organización para que pueda trabajar de forma diferente y más eficiente. Impulsada por la dirección general, la transformación organizativa es un proceso continuo y evolutivo en el que la atención se centra en los empleados: deben ser solidarios y comprometerse para garantizar el éxito.
Por ejemplo, en el sector de la distribución, la introducción de la versatilidad y el desarrollo de nuevos servicios implica la creación de procesos de trabajo diferentes, una forma de trabajar más colaborativa y autónoma. En otras palabras, una transformación profunda de la organización de la actividad.
Transformación de la gestión
El control, la disciplina y la excelente capacidad de respuesta han sido durante mucho tiempo una referencia para la gestión. Ahora, las empresas deben adaptarse a los complejos retos sociales y medioambientales para ajustarse a la realidad actual. En efecto, las nuevas generaciones han reescrito las reglas de la jerarquía y de las relaciones internas. Las estructuras jerárquicas se debilitan, los circuitos de validación se acortan, el número de intermediarios se reduce y las funciones y métodos de gestión se revalorizan: los directivos pasan de un sistema -más bien rígido y unilateral- basado en la organización y gestión de su equipo a un modelo de liderazgo que les obliga a desaprender sus antiguas formas de comportamiento y funcionamiento en el trabajo. Además de fomentar la comunicación, la colaboración y el empoderamiento, los directivos de hoy deben, por ejemplo, detectar y retener el talento y fomentar el crecimiento, al tiempo que actúan como fuente de inspiración para desarrollar y mantener el compromiso. La transformación de la gestión es, por tanto, un requisito previo basado en compartir información, explicar y persuadir, con el objetivo de garantizar un cambio más integral dentro de la empresa.
Puede adoptar la forma de un enfoque Lean, una estrategia desarrollada con los empleados, dejándoles establecer sus propios objetivos, celebrando reuniones para expresar sus dudas, frustraciones, miedos, errores, etc. El objetivo común es promover la confianza, el compromiso, la responsabilidad, la diversión y el bienestar en el trabajo.
Transformación cultural
La transformación cultural implica cambiar las formas de pensar, organizar y comportarse. Es fuente y consecuencia de las normas que rigen la vida de la empresa, tanto en su estructura como en su funcionamiento o su experiencia, y por tanto introduce una noción de separación del comportamiento cotidiano recurrente. Hoy en día, cambiar la cultura de la empresa significa cambiar el estado de ánimo individual y colectivo, para lograr el bienestar, y combinar la libertad con el rendimiento sostenible. Dado que la implementación de tales cambios es un proceso delicado, puede llevar hasta 5 años.
El proceso sólo puede tener éxito si ya se ha producido la transformación directiva, impulsada por una visión y unos valores que tengan sentido: como resultado, la acción, la reacción, la confrontación y la cooperación implicadas darán lugar a una reestructuración de la organización hacia una mayor responsabilidad, un mayor alcance y un significado y valores, en lugar de listas jerárquicas de tareas a realizar. En primer lugar, hay que evaluar la madurez de la dirección y la cultura actual de la empresa, tras lo cual hay que presentar la nueva visión y los nuevos valores; lo que queda es que la empresa siga un camino que conduzca a la adquisición de nuevos modelos relacionales, nuevos procesos de razonamiento y nuevas capacidades colectivas. Este camino es la ilustración perfecta del propio proceso de transformación.
La transformación cultural cobra sentido cuando se produce una fusión entre dos empresas con culturas diferentes, ya que las dos culturas deben ser evaluadas de forma que se promueva la cooperación y, por tanto, se resuelvan las diferencias y se encuentre conjuntamente una nueva forma de pensar.
Transformación de los sistemas de información
La transformación de los sistemas de información es una característica central de la transformación de cualquier empresa y un motor de crecimiento clave, que afecta a todos sus recursos de gestión de la información, es decir, las tecnologías, los procesos y las personas. Es el resultado de la evolución de la tecnología digital combinada con la explosión tanto de los datos disponibles como de la capacidad de almacenamiento de datos. Estos cambios han llevado no sólo a la creación de toda una serie de nuevos servicios, sino también a su diseño, desarrollo y distribución cada vez más rápidos. El principal reto en este caso es equilibrar las necesidades de la propuesta de valor de la empresa con los recursos necesarios para alcanzarla lo más rápidamente posible, sin perder de vista las prioridades de la gestión de riesgos. La transformación de los sistemas de información permite a las empresas diferenciarse a través de una amplia gama de aplicaciones, como la digitalización de los servicios, la seguridad de los procesos, el intercambio de datos y la información. También ofrece un canal de distribución clave, que comprende el comercio electrónico, la multicanalidad y los servicios web. Es importante preparar a la empresa antes de introducir cambios tan importantes en los sistemas de información, para que el personal los entienda y acepte en lugar de verlos simplemente como algo que está obligado a soportar.
La mejora de las relaciones con los clientes (CRM), la fitualización de los puntos de venta y los puestos de trabajo digitales para el personal son sólo algunos de los beneficios que puede aportar la transformación de los sistemas de información de la empresa.
Transformación de los procesos empresariales
La transformación de un proceso empresarial consiste en pasar de una visión vertical orientada a la función a una visión transversal orientada al negocio. Implica automatizar y asegurar diversas tareas repetitivas y de bajo valor añadido, algo que se consigue en la mayoría de los casos mediante la digitalización de las herramientas correspondientes, para que la empresa pueda centrarse en su negocio principal y así aumentar la productividad y la competitividad.
¿Qué procesos te ayudarán a ahorrar tiempo, acelerar el retorno de la inversión, agilizar una acción o ahorrar recursos? Es importante identificar las mejores opciones para seleccionar el modelo de negocio, la tecnología y el plan de implementación adecuados para respaldar tanto las necesidades de transformación de sus procesos de negocio como la estrategia de su empresa.
Ejemplo: el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) impacta en todo el ciclo de los datos, incluyendo su recogida, uso y almacenamiento. Para lograr su cumplimiento, que entró en vigor en mayo de 2018, es necesario revisar todas las tareas que implican el tratamiento de datos, incluyendo la creación de un registro de tratamiento, el nombramiento de un DPO, la automatización de las normas, etc.: un nuevo orden omnipresente que debe integrarse en todos los procesos empresariales que utilizan datos personales.
El motor de una empresa hoy en día es el movimiento, y no hay duda de que esta transformación es permanente. Ya sea para responder a los nuevos retos de los mercados y de la competencia, para asumir nuevos modos de gestión, para desarrollar nuevas normas culturales o para aprovechar las nuevas tecnologías, tanto informáticas como digitales, el objetivo es reforzar la competitividad de la empresa en el mercado.
Sea cual sea el objetivo o la naturaleza de la transformación de la empresa, el objetivo es siempre reforzar la competitividad de la empresa para garantizar su supervivencia. Dado que su éxito está estrechamente relacionado con el compromiso, la implicación y la capacitación de los empleados implicados, es imperativo que éstos se sitúen en el centro del proyecto de transformación. Por lo tanto, los empleados deben recibir apoyo y orientación personal, tanto si la transformación afecta a la organización como a la gestión, la cultura corporativa, los SI o los procesos empresariales. Sin embargo, al igual que es imposible dar a cada empleado un entrenador personal, es igualmente imposible industrializar y personalizar el proceso sin las herramientas necesarias para lograr los resultados requeridos.
InsideBoard es la primera plataforma digital de gestión del cambio dedicada al compromiso de los empleados en los proyectos de transformación de la empresa. La herramienta puede adaptarse a cualquier tipo de proyecto de transformación de la empresa, facilitando la adopción de nuevas prácticas al proporcionar a todos los empleados apoyo y orientación a través de una experiencia divertida, personalizada y totalmente integrada.