No debe haber casi ninguna mujer que no haya experimentado los síntomas similares de las ITU y la cistitis: la necesidad frecuente de orinar, la sensación de ardor, la fiebre, el dolor de cabeza y la sensación general de malestar. Una de las causas más comunes de las ITU se conoce como «cistitis de la luna de miel». Seguro que muchos de nosotros la hemos padecido. Una nueva relación, una nueva pasión y luego tenemos que pagar por ello. ¿Sabías que hay una diferencia entre una infección del tracto urinario (ITU) y una cistitis? La cistitis es la inflamación, infección o irritación de la vejiga únicamente. Sus síntomas son dolor, malestar y necesidad frecuente de orinar. Puede adoptar la forma de cistitis bacteriana o de cistitis intersticial (CI). La cistitis bacteriana suele estar causada por la contaminación de bacterias intestinales, y la mayoría de los casos de cistitis bacteriana se tratan con antibióticos. La CI tiene los mismos síntomas desagradables, pero rara vez implica la presencia de bacterias. Por desgracia, no se conoce la causa de la CI, aunque algunos sugieren que podría tratarse de un trastorno autoinmune, en el que el sistema inmunitario ataca a la vejiga. A menudo se diagnostica erróneamente y algunos pacientes son tratados durante años con antibióticos antes de que se les diga que sus cultivos de orina están libres de bacterias.
Entonces, ¿cómo podemos solucionar la CI crónica? Para solucionar la cistitis crónica es necesario restablecer el equilibrio del pH del tracto genital y urinario. Un factor clave para ello es mantener un sistema inmunológico fuerte.
La historia de Jacqui
Jacqui, una exitosa mujer de negocios, tenía poco más de 40 años. Llevaba una vida ajetreada, ya que su trabajo implicaba muchos viajes, pero había encontrado una nueva pareja y el compromiso era inminente. La pesadilla de su vida eran las infecciones urinarias recurrentes, para las que se trataba con antibióticos tres o cuatro veces al año. A Jacqui le gustaba evitar los antibióticos, pero cuando los síntomas se hacían insoportables, sucumbía a otra dosis que, lamentablemente, nunca le aliviaba del todo. Me dijo que recientemente le habían hecho un análisis de orina para identificar cualquier bacteria, pero que el resultado fue negativo. Jacqui tenía cistitis, pero no era bacteriana, sino intersticial. Jacqui sufrió ataques de cistitis intersticial y luego aftas como resultado de los antibióticos. La irritación de la candidiasis causaba mucha picazón y dolor, lo que a veces resultaba en una cistitis bacteriana. Se estaba convirtiendo en un círculo vicioso.
Tratamiento
El tratamiento de la cistitis intersticial requiere que se equilibre el pH de la orina y de otros fluidos corporales, y esto puede lograrse en parte mediante la dieta. El equilibrio hormonal también juega un papel importante y un sistema inmunológico fuerte es vital para el equilibrio de las hormonas. A continuación se presentan los 6 consejos que le dimos a Jacqui para fortalecer su sistema inmunológico y solucionar su CI.
- Come más marisco
Le recomendamos que comiera una serie de mariscos frescos, que son ricos en zinc y selenio, los dos minerales más importantes para reforzar el sistema inmunológico. Le dimos varias recetas de vieiras, ostras y almejas, alimentos considerados «gourmet» pero que suelen ser abundantes y fáciles de preparar. Si eres alérgico o no puedes comer marisco, los frutos secos y las semillas son un buen sustituto.
- Come las frutas adecuadas (y miel)
Además, señalamos que muchos alimentos que se consideran ácidos son alcalinos en su ceniza (lo que queda después de que los alimentos hayan sido digeridos). Las manzanas son un ejemplo perfecto de esto, y son muy útiles en el tratamiento de ambos tipos de cistitis. El zumo de arándanos, en cambio, es engañoso: si se hace cociendo a fuego lento arándanos frescos, el zumo resultante es altamente alcalino y contiene 3 proantocianidinas (potentes antioxidantes) que ayudan a curar la inflamación de la cistitis. El zumo de arándanos producido comercialmente, sin embargo, es un asunto completamente diferente debido a los azúcares añadidos al zumo para hacerlo más apetecible. Le recomendamos a Jacqui que compre bolsas de arándanos congelados, les añada una cucharada de miel de Manuka por kilo y los mezcle con agua. La miel de Manuka es conocida por alejar las infecciones; sólo se encuentra en las colmenas del sur de Nueva Zelanda y está ampliamente disponible en los supermercados. Es mucho más cara que otras mieles, pero vale su peso en oro. También le dimos una lista de las fuentes más ricas en vitaminas antioxidantes A, C y E, recomendándole una selección de frutas para batidos que podía preparar para el desayuno: melocotones, papayas, mangos, kiwis y todas las bayas. Estas frutas por sí solas le proporcionaban sus necesidades diarias de vitamina C, así como una gran cantidad de betacaroteno. La animamos a que comiera aguacates casi a diario, ya que son los alimentos alcalinos más ricos en vitamina E.
- Hazte un chequeo hormonal
Las hormonas juegan un papel vital en tu salud y bienestar.
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- Bebe agua caliente
También le recomendamos a Jacqui que bebiera agua caliente durante todo el día. Esto tiende a diluir y alcalinizar la orina, ya que el agua tibia no requiere «digestión» como tal, mientras que el agua fría tiene que calentarse en el estómago antes de ser absorbida por el revestimiento estomacal, lo que la hace más ácida cuando llega a los riñones.
- Reduzca la ingesta de sal
Le recomendamos a Jacqui que no añada sal a sus alimentos, ya que el equilibrio sodio-potasio es vital en el tratamiento de la CI.
- Alejarse de la cafeína
Es bien sabido que el café, el té y el alcohol producen ácido, por lo que animamos a Jacqui a alejarse de los tres siempre que sintiera los primeros síntomas de su cistitis.
Si desea ayuda para resolver sus problemas crónicos de CI, reserve una cita con uno de nuestros médicos hoy mismo. También contamos con un nutricionista y un naturópata que pueden ayudarle a reforzar su sistema inmunitario y a evitar ataques recurrentes de cistitis.