Esta revisión incluye dos estudios nuevos y un total de nueve estudios con 579 participantes. Desafortunadamente, la mayoría de los estudios mostraron un riesgo de sesgo poco claro en la mayoría de los dominios. Cuatro de los nueve estudios no contribuyeron al análisis, ya que no presentaron datos.
Un estudio que incluyó a 45 participantes con AR de manos comparó las compresas de barro frente al placebo. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en cuanto al dolor en una escala visual analógica (EVA) de 0 a 100 mm (diferencia de medias [DM] 0,50; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,84 a 1,84), la mejoría (cociente de riesgos [RR] 0,96; IC del 95%: 0,54 a 1,70) o el número de articulaciones inflamadas en una escala de 0 a 28 (DM 0,60; IC del 95%: -0,90 a 2,10) (nivel de evidencia muy bajo). Se encontró un nivel de evidencia muy bajo de reducción del número de articulaciones sensibles en una escala de 0 a 28 (DM -4,60; IC del 95%: -8,72 a -0,48; diferencia absoluta del 16%). No se informó de ninguna discapacidad física y no se presentaron datos sobre retiros debidos a eventos adversos o sobre eventos adversos graves.
Dos estudios con 194 participantes con AR evaluaron la efectividad del radón adicional en los baños de dióxido de carbono. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos para todos los resultados a los tres meses de seguimiento (nivel de evidencia bajo a moderado). Se observó algún beneficio del radón adicional a los seis meses en cuanto a la frecuencia del dolor (RR 0,6; IC del 95%: 0,4 a 0,9; reducción del 31%; mejoría en uno o más puntos (categorías) en una escala de 4 puntos; nivel de evidencia moderado) y una reducción del 9,6% en la intensidad del dolor en una EAV de 0 a 100 mm (DM 9,6 mm; IC del 95%: 1,6 a 17,6; nivel de evidencia moderado). También se observó algún beneficio en un estudio que incluyó a 60 participantes en cuanto a la mejoría en una o más categorías basadas en una escala de 4 puntos (RR 2,3; IC del 95%: 1,1 a 4,7; diferencia absoluta del 30%; nivel de evidencia bajo). Los autores del estudio no informaron sobre la discapacidad física, las articulaciones sensibles, las articulaciones inflamadas, los retiros debidos a eventos adversos o los eventos adversos graves.
Un estudio que incluyó a 148 participantes con AR comparó la balneoterapia (inmersión sentada) versus la hidroterapia (ejercicios en el agua), los ejercicios en tierra o la terapia de relajación. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el dolor en el Cuestionario McGill o en la discapacidad física (nivel de evidencia muy bajo) entre la balneoterapia y las otras intervenciones. No se presentaron datos sobre la mejoría, las articulaciones sensibles, las articulaciones inflamadas, los retiros debidos a eventos adversos o los eventos adversos graves.
Un estudio que incluyó a 57 participantes con AR evaluó la efectividad de los baños minerales (balneoterapia) versus la ciclosporina A. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la intensidad del dolor en una EAV de 0 a 100 mm (DM 9,64; IC del 95%: -1,66 a 20,94; nivel de evidencia bajo) a las 8 semanas (diferencia absoluta 10%). Se encontró algún beneficio de la balneoterapia en la mejoría general en una escala de 5 puntos a las ocho semanas del 54% (RR 2,35; IC del 95%: 1,44 a 3,83). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas (nivel de evidencia bajo) en el número de articulaciones inflamadas, pero sí algún beneficio de la ciclosporina A en el número de articulaciones sensibles (DM 8,9; IC del 95%: 3,8 a 14; nivel de evidencia muy bajo). No se informó sobre la discapacidad física, los retiros debidos a eventos adversos y los eventos adversos graves.