Antecedentes. El aislamiento por contacto se utiliza habitualmente para prevenir la transmisión de organismos resistentes. Nuestra hipótesis es que el aislamiento de contacto impacta negativamente en la cantidad de atención directa al paciente. Métodos. Durante 2 horas al día en un período de 5 semanas, un solo observador registró el contacto entre el proveedor y el paciente en habitaciones adyacentes de pacientes aislados y no aislados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y las salas de cirugía de un hospital universitario. Se registró el número de visitas, el tiempo de contacto y el cumplimiento del aislamiento, así como la gravedad de la enfermedad evaluada por la puntuación APACHE II. Resultados. Los pacientes aislados fueron visitados menos veces que los no aislados (5,3 vs 10,9 visitas/h, P <.0001) y tuvieron menos tiempo de contacto en general (29 ± 5 vs 37 ± 3 min/h, P =.008), en la UCI (41 ± 10 frente a 47 ± 5 min/h, p = 0,03) y en la planta (17 ± 3 frente a 28 ± 4 min/h, p = 0,039), a pesar de que las puntuaciones medias de APACHE II eran más altas en los aislados (10,1 ± 1,0 frente a 7,6 ± 0,8, p = 0,05). Entre los pacientes de planta con puntuaciones APACHE II superiores a 10, los pacientes del grupo aislado tuvieron casi un 40% menos de tiempo de contacto por hora que los pacientes del grupo no aislado (19 ± 4 frente a 34 ± 7 min/h, p = 0,05). Conclusión. Debido al tiempo de contacto significativamente menor observado, especialmente entre los pacientes más graves del piso, proponemos que se reexamine la relación riesgo-beneficio de este método de control de la infección. (Surgery 2003;134:180-8.)